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Nota del editor: Hace algunas semanas publicamos un artículo sobre la necesidad de la intraemprendeduría en las empresas. Hoy os traemos este artículo que Virginio Gallardo publicó en su blog para seguir reflexionando sobre este mismo tema. ¡Gracias Virginio por dejarnos compartirlo!
Poseo una extraña habilidad. Puedo detectar con suma rapidez un líder intraemprendedor en su destierro. Sin casi contacto puedo detectar su sufrimiento -quizás en sus ojos-, puedo detectar si su talento ha quedado dañado sin que él ni siquiera lo sepa, puedo detectar su angustia. Los conozco. Se bien cómo actúan Conozco profundamente la naturaleza de sus capacidades y de su elección y cómo ésta provocó o les hizo buscar un destierro más o menos forzoso.
Lo sé por qué he dedicado toda mi vida profesional a entrenar intraemprendedores y líderes transformadores. Y he conocido a muchos y muy buenos, se cuál es el viaje y cuál es el destino. Son bonitas historias de valor, a veces de éxito, muchas de fracaso, pero que muchas acaban en el destierro. Y algunos en el peor de todos los destierros que no es el físico sino el emocional.
Los protagonistas de la revolución: los intraemprendedores
Ya no basta con conseguir resultados, ese complicadísimo arte que ahora aparece como insuficiente. Es además necesario innovar y acelerar el potencial creativo de las organizaciones, ya lo habrás escuchado,… necesitamos líderes intraemprendedores que impulsen el cambio.
La revolución de las organizaciones requiere proactividad, líderes transformadores, agentes de cambio, requiere intraemprendedores en todos los niveles organizativos.
Lo que las empresas no explican es que la innovación disruptiva puede despertar los instintos más despiadados de la práctica organizativa, instintos que inevitablemente se seguirán cobrando múltiples víctimas, en muchos casos profesionales honestos que quisieron sólo que su organización fuera un poco mejor. Probablemente si hubiese estadísticas fiables hablaríamos de una verdadera epidemia de aquellos que intentaron cambiar a sus organizaciones, pero se quedaron enganchados en las trampas del cambio.
Los líderes transformadores y los intraemprendedores mayoritariamente conocen las reglas del juego del cambio. ¿Por qué seguirán si a veces las probabilidades de éxito son tan bajas? Quizás porque su organización les importe y quieren poder mirar a la cara a sus compañeros sabiendo que hicieron lo máximo para que la organización avanzara, porque prefieren morir a resignarse, a seguir quejándose, porque se consideran profesionales más que sobrevivientes, porque están enfadados, porque buscan el éxito, porque no soportan las pequeñas mentiras; quizás sean unos inconscientes a los que no les importe dejar de seguir respirando en un ambiente cargado de nostalgia. ¡Quién sabe!
El cementerio de los intraemprendedores y el peor de los destierros
Las organizaciones tienen sus reglas contra los que rompen el status quo y lo establecido y algunas de ellas siempre han sido crueles. Si los intraemprendedores tienen capacidades excepcionales y se focalizan en aspectos contraculturales serán detectados por el olfato agudo de los defensores del pasado y muy probablemente serán desterrados a algún lugar oscuro de la organización donde no sean visibles. Y si son demasiado peligrosos se les preparará alguna trampa para deshacerse de ellos.
Si pudiéramos mirar a la cara de algunos de estos profesionales lo más increíble sería su expresión de sorpresa. Muchas de las víctimas no sabrán explicar bien por qué sucumbieron a un proceso de cambio mal llevado. Y quizás lo más paradójico: nunca supieron realmente a qué se enfrentaban, ni cuál fue su mal y porqué tanta crueldad. Por lo que además del destierro físico se produce un destierro psicológico, el peor de los destierros pues los inutiliza como intraemprendedores, les resta energía de forma permanente.
Salvar a intraemprendedores y líderes del destierro emocional
Sólo debemos esperar el éxito de los que desafían el poder institucional en los héroes de las grandes obras de la literatura o en el cine, para los demás debemos esperar el probable fracaso y debemos prepararnos para ello.
Las empresas que requieren cambios disruptivos deben mostrar a sus profesionales las herramientas del cambio no sólo para disminuir el fracaso, sino para que entiendan la naturaleza peligrosa y compleja de su reto. Y así, especialmente si les llega el fracaso y el destierro, lograr que éste sea físicao y temporal, no emocional ni que dañe de forma definitiva su espíritu intraemprendedor.
En muchas ocasiones no podemos cambiar la naturaleza cruel de las organizaciones, no podemos evitar que sus intraemprendedores se enfrenten a la más difícil de todas las tareas, pero si les podemos explicar herramientas para disminuir su fracaso y sobre todo prepararlos para recuperarse.
Poseo una extraña habilidad. Puedo detectar con suma rapidez a un líder intraemprendedor en su destierro, saber si este es físico o psicológico, definitivo o temporal. Puedo detectar si este ha entendido la naturaleza del proceso que vivió y si esto lo hace más fuerte o más débil. Pues, es esta comprensión lo que determina su capacidad para volverse a enfrentar con el reto del cambio cada vez con probabilidades de más éxito.
Virginio Gallardo (@virginiog) es Director de Humannova, consultora de Recursos Humanos especializada en ayudar a liderar la innovación en las empresas y gestionar la transformación organizativa. Es autor del libro “Liderazgo transformacional” y coordinador de ”Liderazgo e Innovación 2.0“. Este artículo fue publicado originalmente en su blog “Supervivencia Directiva“, donde podéis seguir sus reflexiones.
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